¿Cómo sé si es pecado mortal?

Hemos hablado anteriormente de la diferencia entre el pecado mortal y el pecado venial. Ahora nos toca considerar cómo distinguir el pecado mortal del pecado venial.

¿Cómo distinguir los pecados mortales de los pecados veniales?

Hay tres condiciones para que se de un pecado mortal: materia grave, pleno conocimiento y deliberado consentimiento (CIC 1857). Las tres condiciones deben darse para determinar que el pecado es un pecado mortal. Si alguna de estas condiciones faltan, el pecado es considerado como pecado venial (CIC 1862).

Materia Grave

Decir que un pecado es de materia grave significa que lo que vamos a hacer o dejar de hacer es en verdad un pecado contrario a Dios, al prójimo o a nosotros mismos. La materia grave de un pecado mortal se refleja si el pecado va en contra de los 10 mandamientos de Dios y de los 5 mandamientos de la Iglesia. También, hay pecados que son más graves que otros; por ejemplo: matar a alguien es peor que robar, robarle a un anciano es peor que robarle a una persona rica, etc. (CIC 1858).

Pleno conocimiento

Para que haya pecado mortal, además de ser materia grave, debemos tener pleno conocimiento de que eso que vamos a hacer o a dejar de hacer es pecado de materia grave. La ignorancia de la gravedad del pecado puede disminuir el pleno consentimiento. La dureza del corazón, debido a los pecados veniales, puede disminuir el pleno conocimiento del pecado. Ahora bien, ningún cristiano puede decir que no sabía que ésto o aquéllo era pecado. El cristiano debe procurar conocer los mandamientos de Dios y de la Iglesia y debe educarse en la vida moral (CIC 1859, 1860).

Consentimiento

El consentimiento se refiere a cuando sé que lo que voy a hacer o dejar de hacer es pecado grave, y comoquiera lo hago o lo dejo de hacer de manera libre y voluntaria. En otras palabras, estoy eligiendo hacer o dejar de hacer lo que es pecado. Lo hago de manera voluntaria, a sabiendas, de manera libre (CIC 1859). De ahí que el pecado mortal es un decirle no a Dios. Es un escoger el pecado, que se me presenta como un “bien”, gracias al engaño del demonio, y rechazar a Dios.

¿Cómo distinguir los pecados veniales?

Si faltan una o más de las tres condiciones para que un pecado sea mortal, entonces, lo que hemos cometido es un pecado venial. Si lo que hacemos o dejamos de hacer no es de materia grave, entonces no es pecado mortal; pero si lo puede ser venial. Por ejemplo: podemos hablar de lo mal que una persona hace su trabajo si estamos evaluándola, ya que somos su supervisor. En este caso no hay materia grave en cuanto al pecado de hablar mal del prójimo, ya que es parte del trabajo como supervisor. Ahora bien, si estamos hablando mal de esa persona por el mero hecho de denigrarla o de dañar su reputación, entonces es pecado mortal.

Si no sabía que era pecado, puede que lo que haga no sea pecado mortal sino pecado venial. Este es el caso de muchos niños. Los niños dependen de maestros y de sus padres para conocer cómo comportarse en la vida. Si hacen algo por desconocimiento, entonces no es pecado de su parte. No lo sabían. Sin embargo, para los adultos es requerido conocer la ley de Dios y la ley de la Iglesia. Si la ignorancia es culpable, es decir, yo no busco cómo mejorar mi relación con Dios o no trato de conocer lo que Dios quiere para mí, entonces no podemos hablar de pecado venial, sino de pecado mortal.

Si no hay consentimiento libre ni voluntario, no puede haber pecado mortal. El policía que por salvar la vida de un ciudadano, dispara a un maleante y lo mata, no comete pecado mortal. Él está tratando de proteger su vida y la de los ciudadanos. En cambio, si lo hace deliberadamente, y no para protección o defensa propia, entonces es pecado mortal.

Conocer a Dios y su Vida

Cada cual, en su interior, con la iluminación del Espíritu Santo, conoce lo que es pecado o no. Muchas veces, en nuestra conciencia, podemos reconocer que cierta acción es contraria a la Ley de Dios. Sin embargo, nos corresponde a cada uno de nosotros formarnos y conocer a Dios, conocer sus Mandamientos. Lo mejor que podemos hacer es leer los Evangelios y el Catecismo de la Iglesia Católica. Con ello, no solamente conoceremos cómo evitar los pecados, sino también todo el amor que Dios tiene para con nosotros.